sábado, 6 de febrero de 2010

ANGELINI

Por favor mi niña… no permitas que el sentimiento de culpa atenace tu corazón. Las cosas suceden por algo en esta vida y mi destino era este…
Pronunció estas frases con un murmullo de voz y me dedicó una mirada llena de ternura, una mirada que jamás había contemplado en toda mi vida; con esos hermosos ojos color miel. Ojos que poco a poco iban perdiendo ese chispa de luz, ese dejo de tristeza que siempre le caracterizó. Mientras elevaba la vista hacia el cielo azul, en muda petición atraje su pequeño cuerpo hacia mi regazo, deseando hacerle sentir que mi cariño verdadero le acompañaría en su viaje.
Me voy convertido en el hombre mas dichoso de este mundo, en verdad que esto que siento al fundir tu cuerpo con el mío, es el sueño que gran parte de mi vida sentí inalcanzable pequeña mía… siempre he sido un creyente de que debemos acatar nuestro sino, por muy doloroso que este sea, y que el cielo no está mas allá de la muerte si no que puede ser capturado en unos cuantos minutos… como este de gran felicidad que me prodigas como último adiós…
¡ No! No digas eso Angelini… pronto estarás bien ¿no escuchas el llanto de la sirena? La ambulancia está por llegar y te recuperarás… y me brindarás la oportunidad de demostrarte el resto de nuestras vidas el cariño… el amor que recién acaba de nacer en mi corazón hacía ti…
No podía ser mejor mi partida de este mundo mi amada Marcela, aún que mi acto no fue provocado con la finalidad de obtener tu cariño, al menos no de este modo…
Calla Angelini, reserva fuerza para la recuperación, que pasando esta; nos casaremos y seremos felices hasta que dios decida nuestra separación final…
Esbozó una sonrisa pero no de esas fingidas que superponía en su rostro durante su acto en el circo, era esta una de verdadera alegría.. De una inmensa felicidad. El llanto que en esos momentos inundaba mis entrañas fluyó por mis ojos, despintando en parte su maquillaje de payaso, lavando tal vez toda esa cadena de sufrimiento acumulada a lo largo de su existencia. Sus brazos pequeños y regordetes me rodearon y se aferraron a mi, como revelándose al destino en el que tanto creía y tratando de permanecer a mi lado. Observé como la vida se le escapaba rápidamente a través de esa herida en su pecho, provocada por la bala asesina… Como último adiós deposité en sus resecos labios un beso nacido desde el fondo de mi ser; acto seguido su pequeño cuerpo se relajó, sus músculos perdieron fuerza y sus bracitos se desprendieron del cálido abrazo. Quedando impresa en su rostro una sonrisa enigmática; reflejo de la paz de su partida.

Ahora, en compañía de todos y cada uno de los miembros de la familia circense, de pie ante la pequeña tumba y derramando lágrimas de infinita tristeza le prodigamos el último adiós a ese pequeñín que tantas sonrisas dibujó en los rostros del público con sus malabares, sus piruetas y sus graciosas ocurrencias.
La mayoría de nosotros, sumamos la vergüenza y el arrepentimiento por no haber entendido en su momento que él tenía derecho de ser tratado de forma igualitaria. Que él no tuvo la culpa de haber nacido así… como gente pequeña.
Cuanto habrá sufrido su inocente corazón en su estéril búsqueda del cariño que hasta su propia madre le negó al abandonarlo en una butaca del circo a escasos meses de nacido.
A mi mente vienen los recuerdos de cuando pequeños, sentía miedo al sorprenderle espiándome. Ahora entiendo que no me espiaba, a su manera trataba de cuidarme y protegerme. La cruel burla que le prodigué cuando adolescentes ya, llegó con una rosa en la mano. Intentando vanamente declararme su amor.
¡Estúpida, mil veces estúpida! Al no percatarme que el verdadero amor no era lo que me brindó el tipo aquel, quien perdido en medio de su ego y de su belleza física “conquistó” mi corazón, convirtiéndome así solo en un trofeo mas de su vitrina.
Al igual que las mariposillas que se dejan atraer a una muerte segura por las luces de los focos, yo me cegué y no pude darme cuenta que el amor verdadero se encontraba justo enfrente de mi… en persona del pequeño que siempre estaba a mi lado para secar mi llanto, consolar mis tristezas y cuidar de mí hasta los últimos minutos de su existencia.
Mi ceguera fue la que ocasionó su muerte y no la bala disparada por el novio celoso. Él antepuso su pequeña humanidad entre el mortal disparo y mi humanidad. Salvando así mi vida.
El aprendizaje ha sido costoso en verdad; sin embargo llevaré a cabo su petición ya que el amor que en mí nació por mi pequeño Angelini fue el mas puro y transparente y segura estoy que él se fue de este mundo sabiéndolo a carta cabal. Evitaré el sentirme culpable y aún que creo que no volveré a conocer el amor puro como el que mi pequeño me obsequió, intentaré vivir mi vida hasta que el destino me lleve directo a sus pequeños brazos… para amarnos en el mas allá.
Angelini.. con esta rosa blanca que deposito en tu última morada, trato de hacerte saber dondequiera que te encuentres que estoy dispuesta a esperar pacientemente hasta que el destino me guíe hacia allá donde te encuentras, en ese lugar desconocido para nosotros los mortales y que te prometo amarte… ¡eternamente!

7 comentarios:

Espaciolandesa dijo...

Qué hermoso relato.

Y es que tristemente amamos a quienes nos desprecian y despreciamos a quienes nos aman.

Y quizá no nos damos cuenta de que tenemos el amor enfrente.

✈єℓιzα™ τσdσs lσs Dεяεcнσs яεsεяvαdσs cσρчяιgнτ dijo...

Hermoso relato como siempre mi querido tocayo!

Mucha dijo...

Te vi en lo de EVAN y te sigo ahora ya que me encanta como escribes

Cardito dijo...

Ay amigo! cuantas veces nos guiamos por las apariencias y no valoramos lo que de verdad es lo importante: el corazón de las personas, su alma, su interior... bello relato.
Un abrazote!

Maese dijo...

Qué onda compadre, pasando de nuevo por los blogs después de un tiempo de no hacerlo. QUe cuenta? Cómo va todo???? Póngame al tanto por favor. Lo voy a leer. Cuidese, saludos a todos los amigos.

Sandra Figueroa dijo...

Maravillo relato pero que triste contenido. El amor es asi muchas veces.. Cuidate. Fue un placer leerte.

Guerrero dijo...

Que increíble relato, para estos momentos inestables me viene muy bien ja La verdad ya extrañaba tus hirtorias =)

saludos