MIENTRAS DORMIAS...

Ayer, mi pequeño angelito; mientras velaba tu sueño interrumpido a intérvalos irregulares por la fiebre que te aquejaba. Mientra te acurrucaba en mi regazo y con intranquilidad obsevaba tus gesticulaciones producto del dolor en tu barriguita.
Mientras me abrazabas con fuerza hacia ti. Tuve tiempo de analizar la situación por la que estás pasando en estos momentos, y sin querer hice comparaciones con mi vida a tu edad.
Es verdad que tu pequeña existencia no ha sido del todo favorable; creo que la historia se vuelve a repetir. Al igual que yo, estuviste al borde de la muerte... al igual que yo a casi unos cuantos meses de cumplir los tres años de vida no puedes caminar aún, pero hijo mío existe una grán diferencia ... me tienes a mi, como yo tuve alguna vez a mi madre que cuidó de mi, buscó por tierra mar y cielo la ayuda médica que me pudiese ayudar a desplazarme por este mundo aún que apoyado en mis eternas amigas, las muletas. Tú mi querido niño, tienes la esperanza de algún día poderte desplazar normalmente, jugar un buen partido de futbo, correr, bailar...
La historia se repite hijo, cuando recién naciste, soporté hestoicamente el verte encerrado en una incubadora, conectado a infinidad de tubos, por medio de los cuales recibias vida. Tiempo después con angustia noté como una desviación en tus ojitos se hacía cada vez mas marcada, junto a tu madre, corrimos a obtener la ayuda pertinente.
Y jamás podré olvidar cuando te dejé en una pequeña cama de hospital, a punto de ser operado de tus ojos. La alegría que sentimos al quitarte el vendaje y descubrir que el mal había sido corregido.
Poco tiempo después, cuando notamos que no te desarrollabas al igual que los niños de tu edad, cuando el especialista nos comunicó que tu desarrollo motriz será mas lento , que la lucha será larga, que tendriamos que tener paciencia.

Concluí polluelo mio, que efectivamente, eres un luchador al igual que yo, que tendrás que enfrentar muchos obstáculos en la vida... pero no estarás solo hijito... mientras papá dios me presté vida , estaré junto a tí. Para llevarte de la mano por el duro camino que te tocó vivir, aprenderás las cosas buenas y malas de la vida con mi ayuda, no necesitarás usar la violencia como yo, para ganarte el respeto de los demás, pero tampoco dejarás que se impongan ante tí sin razón. Aprenderás que a la mujer se le debe amar y respetar, Que la justicia se aplica poniendose en el lugar de la otra persona. Que el dinero se gana, no se roba ni se mendiga y que no debe ser tu diós. Que es de un ser bién nacido ayudar al necesitado y consolar al enfermo o a quién esté sufriendo algúna pérdida. Aprenderás a respetar la naturaleza, a los animales indefensos. Que las drogas son un asesino implacable que poco a poco ván destrozando tu cuerpo y tu mente. Te enseñaré a no sentir odio por nadie ya que sólo trerá perjuicios para ti.
Y algúna vez jugaremos futbol, como alguna vez lo hice con tu hermana, te tomaré de la mano y veremos los pajaritos cantar y revolotear por las copas de los árboles: disfrutaremos de un delicioso helado bajo el sol de primavera. Veremos la lluvia caer y te diré despacito que siempre he sentido nostalgia, que imagino que son lágrimas que papá dios derrama al observar lo injustos que somos sus hijos...
Te llevaré de la mano por primera vez a la escuela. Te contaré cuentos antes de dormir y te leere un libro escrito por mí, curaré tus raspones, producto de tu primer caída de la bicicleta y te diré que deberás intentatr otra y otra vez más, hasta que logres dominarla. Juntos sembraremos un árbol y lo cuidaremos hasta que crezca grande, fuerte y nos sentaremos a su sombra y comeremos de sus frutos.
Enjugaré tus lágrimas cuando sufras por amor y te daré consejos para que lleves una mejor relación con tu novia. Tiempo después nos abrazaremos fuerte y festejaremos tu graduación. Cuando hayas formado una familia. Abrazaré fuertemente a mis nietos...
y volveré a comenzar...

Hijo mio, mi amadisimo polluelo... ojalá puedas leer todo esto algun día; tal vez me abraces fuerte y me digas... gracias papá. Yo te contestaré que el agradecido soy yo, ante dios, que tuvo a bien enviarte a mi lado para poder formar un hombre bueno, íntegro... y entonces Angelito... podré morir en paz...