domingo, 11 de septiembre de 2011

DEMON CONOCE A JAVIERCITO Parte 2

Como les decía endenantes, conocí al javiercillo por casualidá. Me dio rete harta pena verlo tan apachurrado, después entendería que estaba así, pidiendo la muerte por que según él. Nadien lo quería. Me ofrecí a llevarlo en mis juertes brazos hasta lo que en delante sería mi hogar también y pos él que se encanija. Desde esa edad a él le gustaba ser independiente. Así que lo seguí por ese polvoriento callejón. Condenado escuincle, de tanto polvo que levantaba al "andar" de manera extraña, apoyandose sobre sus nachitas, con la pierna derecha cruzada sobre la izquierda .Impulsandose con las manos, me dejó mi tacuche listo pa’ la lavandería… güeno. Mejor dicho pa’ el lavadero ya que no había esperanzas que en ese cantón tuvieran pa’ pagar la lavandería.

Llegamos al cantón y me cai de madres que otra vez sentí que se me apachurró el corazón. Nomás había una cama desvencijada, cubierta con unas garras que alguna vez fueron cobijas. Los trastes acomodados en unos botes de esos de plástico de veinte litros. Una estufa que funcionaba con petróleo y una mesa a la que a falta de una pata, le habían adaptado unos tabiques y piedras pa’ que mantuviera la horizontal. Unas cajas de cartón que hacían las veces de ropero. Eso sí todo bien limpiecito hasta donde cabe ya que el suelo era de tierra, se notaba que le habían pasado una escoba, aún que en esas situaciónes, era imposible poder eliminar los rastros de tierra.

Oyes Javiercillo, ¿tons este es tu cantón? –le pregunté-. Él asintió con un movimiento de cabeza y se quedó con la barbilla gacha, como queriendo evitar que yo me diera cuenta de su pena. No hay bronca mijo, está bien, por lo menos tenemos un techo que nos proteja del frío y la lluvia –le dije mientras miraba el techo de lámina de cartón, lleno de agujeros. Y las “paredes” hechas de pedazos de madera y cartón-.

¿Y onde voy a dormir yo? Pues ahí, donde te puedas acomodar –contestó- orita que venga mi má le diré que te quedarás unos días con nosotros… No será necesario chamaco, nadie me puede ver, solo tú –interrumpí- ¿Tú también? –respondió con expresión extrañada- ¿Yo también que? Javiercillo – cuestioné intrigado- Pues si a ti tampoco nadie te puede ver, igual que a Ángel, mi otro amigo… ¡otro amigo? Sí, hace unos días también llegó otro chaparro como tú, se llama Ángel y también me dijo que me ayudaría a salir adelante, orita se fue a chambear para traer dinero pa’ la comida. Ya lo conocerás cuando llegue…

Güeno, pos esperaremos entonces a conocer al tal angelino y mientras, ¿que hacemos?, ya me estoy aburriendo. Pues vamos a jugar, mira traete ese botecito, ahí guardo dos canicas, con ellas podemos jugar en lo que viene alguien, ya sea mi má, mi pá o mi amigo Ángel. Le llevé el botecito y me enseñó como se juegan las canicas, como hacerle pa que estas se metan en un hoyito hecho en la tierra, en esas estábamos cuando se oyó rechinar la puerta de madera, amarrada con unos mecates al marco. Había llegado el momento de conocer a…

CONTINUARÁ…

®

5 comentarios:

Espaciolandesa dijo...

o_O

Me dejaste emocionada con el final... esperaré impaciente la siguiente parte.

Quiero saber más de tan admirable personaje llamado Fénix n_n

Recomenzar dijo...

Escribes maravilloso desde tu alma de p0eta a tus letras

Recomenzar dijo...

Hermosa historia
me gusta como escribes

SILVIA dijo...

Hola fenix, o deberia decir "compa"
Me alegra ver que esto que quiza comenzo como un simple pasatiempo sirvió para dar a conocer tu talento como escritor.
Yo abandonde mi antiguo blog y recien inicié uno nuevo.
Te felicito por lo que has logrado con esto, eres brillante.
Silvia.
PD te escribi un comentario antes y se borro por un problma de blogger asi que si de casualidad te llegan dos, lo siento.
Abrazos y visitame si quieres.
Silvia

Guerrero dijo...

Que gran historia escrita desde el corazón, siempre son las mejores escritas con un poco de alma más que palabras.
Gracias por darnos esa oportundiad.

Saludos!! y espero con ansias lo que viene.