DEMON CONOCE A JAVIERCITO

Corría el año de 1969 cuando lo conocí. Un tiempecillo atrás me habían mandado a volar de mi cantón, mi autentica casa. Donde vi la luz. Salí muy adelantadillo en las cosas del amor y por eso me mandaron a hondear changos por la cola. No fue por que les hayga pegado una correriza a las 11,000 vírgenes. No señor, el pedo jué que si alcancé a dos y pos ya se imaginarán el alboroto que se armó. Allá las reglas eran muy estrictas y pos después de un juicio sumario me mandaron a volar. Anduve de vaguillo por las alturas un tiempo y pos como era muy aburrido, llamó mi atención una música estridente que llegaba a mis oyiidos desde la tierra; bajé en putiza esperando encontrar pachanga, vino , morras y… pos nada, en la tierra no era. Era mas abajo.

Me puse a escarbar y escarbar hasta que llegué bien profundo y pos que llego al toquín, había rete hartas cornuditas bien buenas noches. Chupe hasta pa´ aventar pa´arriba y no era como en lotra casa, musiquilla de arpitas y esas madres. No, aquí era mi mero mole, puro pinche guitarrazo y tamborazo con la rola rockanrolera de moda. Y pos me dije de aquí soy. El patrón de allá me puso a prueba para poderme quedar. La neta la prueba fue picarle las tepaljuanas a unos weyes que según él se habían portado mal en su otra vidorria.

Pasé la prueba y me quedé, ahí estaba a toda madre pero pos, la calentura me volvió a ganar y que le doy vajilla al mero mero con su tortita. Una machita que estaba de pocas tuercas con unas patotas de concurso, unas nachas que me daban tentación y unas chicho… guëno pos como pa´ acabarme de criar. Que la convenzo de irnos a lo oscurito y para mi negra y tenebrosa suerte pos que nos cae el cornúpeta mayor. Que nos agarra en pleno capirucho chilango, no mamen que se pone mas colorado de lo normal, Le salía rete harto humo de las narices y yo, en vez de aceptar la falta pos cagado de la risa por que le estaba saliendo otro par de cuernos. Pa´no hacérselas mas larga… (¡ayyy güey ya me clavé!) Que manda a sus contlapaches, a que me pusieran una madrina y que me sacan juido del infierno (y no era el cabaré ¿eh?).

Todo madriado anduve arrastrándome por la tierra. Ya había andado arriba, abajo y pos ora me tocaba dar un rol por la tierra. A ver como me iba.

Arriba me habían dado unas alitas chidas, abajo un par de cuernos y pos pa´ evitar ser la botana de los mexicanillos (que jué onde fui a dar) Me apañé una playera bien guangota y una gorrita, mismas que tomé prestadas de un tendedero allá por rumbos de la mercé.

En mis anteriores cantones me habían dado algunos poderes, pero me habían quitado el de no comer. Así que sentí por primera vez mis tripas chillar ruidosamente dentro de mi panza, ¡en la madre sí, que se siente re gacho el hambre valedores!

Andaba por una colonia culerilla, allá por los rumbos de Iztacalco cuando lo conocí, era un pinche chamaquillo prietito, pelos parados y con los cachetes llenos de mocos. Estaba sentadillo en la oscuridad, ví que algún pedo tenía en las patas por que había dejado una marca por su paso en el callejón de tierra al arrastrarse, además de que las tenía chuequitas y bien flaquitas. Dejé de prestarle atención y me fijé directamente en el taco que tenía en la mano. Él me vió y pos yo creo que el hambre se me veía en la jeta por que luego luego me extendió el taco. Y pos ni tardo ni peresozo, que lo apaño y que me lo refino. Ese taco de frijoles con chile me enseñó que no hay comida mala pa´ una buena hambre.

Lo que me impactó de la jetita del morrillo jué la profunda tristeza que se le miraba en sus ojitos, ¡no mamen!, yo que estaba acostumbrado a las maldades de allá abajo, sentí que mi corazonciano se arrugaba al ver esos ojitos, que miraban atentamente hacia el infinito. A lo mejor suplicaba a mi antiguo patrón de allá arriba por algo…

- ¿Qué ves allá arriba? Pregunté intrigado

- No veo, pido. Me contestó sin ponerme atención

- ¿y que pides con tanta atención?

- Le pido a dios que me lleve con él, contestó mientras agachaba la cabeza, hundía la barbilla en el pecho y gruesas lágrimas descendían por sus mejillas

Esa noche supe que mi deber era quedarme ahí, junto a ese escuincle desvalido pa´ ayudarle en lo que pudiera para salir adelante en la vida…®

CONTINUARÁ...